He vuelto a ver varias películas en estas navidades, pero todas tienen comentario ya, excepto este ‘clásico en mi mente’. No sé si a Chevy Chase le gustará su legado cinematográfico, pero este tipo no pudo haber encontrado mejor papel que Clark W. Griswold, el semi-tarado clásico cliché estadounidense que se mete en los líos más chistosos. Esta tercera parte (a mí me gustan todas, Europa siendo la preferida) nos muestra a los Griswold (con el tercer grupo de hijos, una tradición) celebrando la navidad en casa, recibiendo familiares, y cumpliendo con tradiciones navideñas de Norteamérica. La cantidad de risa que a través del tiempo he dado a la escena de Clark prendiendo una increíble hilera de bombillos de navidad es ahora validada por el hecho de que, viviendo en Estados Unidos, sé que es exactamente así que lo hacen. He visto docenas de casas rellenitas de luces y arbolitos y muñecos inflables estilo Griswold (y aunque no rellena y quiero pensar que con mejor gusto, no me quedé atrás en esta costumbre).
Excelente comedia con pocos momentos que la atan a los 1980s, la calidad quizá sube más por la nostalgia, pero será difícil encontrar una familia como los Griswold para pasar las navidades. O para viajar a Europa, a Nevada o California. Miren chicos! Ya sabemos… el Gran Ben.
8.4 cenas-de-navidad-que-acaban-con-un-equipo-de-policías-entrando-por-las-ventanas de 10.
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