domingo, 24 de enero de 2010

Cujo (1983)

De vez en cuando uno ve una película creada varios años atrás para recordar una gran actuación o trama, o quizá porque nunca la habías visto y todo el mundo dice que es bien buena. La experiencia puede no ser la mejor (dañé mi memoria feliz de E.T. cuando la volví a ver), como puede ser excelente, como en el caso del San Bernardo rabioso Cujo, un normalmente juguetón y adorable perrazo que es picado por un murciélago y contrae rabia. Cujo poco a poco pierde el sentido de quién es y la enfermedad lo transforma en un monstruo muy real y peligroso.
La primera parte de la historia concebida por el maestro del terror Stephen King gira alrededor de una familia normal, con problemas matrimoniales los esposos y problemas de monstruos imaginarios el niño. En la segunda parte, la madre y el niño manejan a la casa de un mecánico en las afueras de la ciudad para que el carro reciba un muy necesitado chequeo. En el medio de la granja el carro se termina de dañar y no hay forma de salir del carro porque, como habrán imaginado, el granjero/mecánico es el dueño del titular rabioso. De paso, ya no queda nadie en la casa para venir a salvarlos de una larga estadía dentro del carro sin agua y comida en el medio del verano. Sí, señores, había una época en que las personas no tenían celular y no podían llamar desde el carro.
Cujo es un nombre ya sinónimo de perro peligroso y malvado. La actuación del perro (y son varios perros más un hombre disfrazado los que se usan aquí) es muy buena, así como la dirección. Pero la gran revelación es el niño, una actuación magistral por un novato de 6 años que aun no sabía quién era el jefe.
La película también sorprende porque, a pesar de ser hecha hace tanto, no se siente fuera de tiempo en ningún momento. Sólo el vestuario más o menos indicaría la edad cercana. Es una película muy bien hecha, una trama sólida y sin desperdicio, con muchos momentos de tensión efectivos, aun sabiendo que vienen.
8.6 finales-que-deberían-dar-clase-a-nuevas-películas-de-cómo-cerrar-en-el-momento-adecuado de 10.

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