martes, 2 de junio de 2015

Focus

Will Smith retorna a la pantalla grande con esta película de ladrones de alto calibre.
El protagonista, junto a un equipo de capaces amigos que ha ensamblado durante años, planea un atraco de millones de dólares, contando con el encanto personal y tigueraje aprendido en las calles para lograrlo. Las cosas, como siempre suceden en películas así, se complican cuando una chica se mete en el medio de los planes.
La película es buena, el protagonista todavía demuestra simpatía a más no poder, y la chica es la actriz del momento en Hollywood (bueno, hay un puñado de ‘actrices del momento’). La trama glorifica a ladrones que, a la franca, le roban no sólo a los ricos, si no a los que no tienen tanto dinero, sin importar que sean buenos o malos. Esta fue la parte que no me gustó, porque aunque me llevaba del flujo del guión, todavía seguía pensando que estos hijos de puta son los mismos que andan robando a todo el mundo las identidades, tarjetas de créditos, etc., y de los cuales hay que estar protegiéndose. Muy chulos los actos de magia, ilusión y distracción, con los que los protagonistas juegan para lograr sus objetivos, pero todavía me incomodan.
Es más, la persona a quien quieren robarle, un millonario dueño de autos de carreras, no es siquiera una mala persona. Está tratando de hacer algo mínimamente dudoso y/o turbio, razón por la cual originalmente contrata a nuestro protagonista, pero eso no le merece el robo al que se está exponiendo.
Regularmente me atraen este tipo de películas porque son misiones ‘imposibles’, robos elaborados, técnicos diestros en particulares áreas todos unidos para hacer pagar al villano. Y siempre ‘la marca’ es pintado como villano, alguien que le hizo daño al protagonista o, bueno, que se merece que le roben por cualquier razón. Es la forma en que normalmente los guiones se las arreglan para que uno se identifique con los ladrones protagonistas. En este caso no es así.
Bueno, el asunto es que es buena, mínimamente recomendable, otra más para la pila de asaltos elaborados estilo los 11 de Océano.
7 relojes que para nada valen lo mismo que dos fundas llenas de dinero de 10.

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