viernes, 20 de febrero de 2015

Stonehearst Asylum

Durante un particularmente crudo invierno, en la víspera de los 1900, un doctor es enviado a un conocido sanatorio en las montañas para que suplante o tome puesto como el segundo encargado de la psiquiatría del lugar. Luego de él llegar al lugar, y ser recibido con afecto por el jefe de psiquiatría, comienza a notar cosas raras que suceden a su alrededor, casi imperceptibles, pero que aún así se sienten sospechosas. Ayuda al caso una paciente, de la cual el doctor queda prendado, que intenta ayudarlo a darse cuenta de lo que está pasando. Ya que el anuncio de la película dio el primero de los grandes misterios a saber, pues aquí lo puedo decir también. Es el hecho de que los internados más peligrosos están en un calabozo en el sótano, y cuando el doctor deambula por esa zona (sin permiso oficial), termina enterándose de que dichos prisioneros son en realidad los doctores y encargados del recinto, y los que hasta ahora han estado con él son los orates. Ahora debe buscar una forma de escaparse junto con la paciente, liberar a los doctores, todo sin levantar las sospechas de los locos del manicomio. Y las cosas se comienzan a poner color de hormiga.
La película no es mala, con sus momentos de tensión, pero casi todo el guión es predecible. Sólo el último momento, al final, tuvo algo diferente que me gustó. Obviamente no lo voy a arruinar aquí. Aparte de eso, aunque no es mala la película, sólo moléstate en verla si no tienes nada que hacer un día de estos.
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