Dawn Of The Planet Of The Apes

Esta es la forma en que las secuelas de viejas películas deben hacerse. Técnicamente, no son secuelas, sino ‘precuelas’, lo sé. El asunto es que ambas han sido fenomenales.
Previamente habíamos visto el Ascenso Del Planeta De Los Simios, donde fue explicado cómo una vacuna para contrarrestar la enfermedad del Alzheimer terminó siendo a la vez mortal a más del 80% de la población humana y un increíble avance para la corteza cerebral de los simios ‘infectados’. Los simios, liderados por César, el primero que nació con la vacuna heredada a través de ADN de su mamá, alcanzaron un nivel de inteligencia superior y escaparon los confines de los laboratorios, para poblar una zona deshabitada de un bosque del noroeste norteamericano.
La nueva película comienza 10 años después, la gripe simiana, como se ha llegado a conocer, ha decimado la tierra, y un grupito de sobrevivientes ha fundado una colonia en San Francisco. Faltando poco para que los últimos recursos de combustibles se acaben, deciden enviar una pequeña misión a una presa que antes generaba energía, para activarla y así volver a proveer electricidad. La presa está, sin ellos saberlo, en el mismo medio de la zona controlada por los simios (hay monos, orangutanes, gorilas, etc.), y al atravesar su tierra, el frágil ecosistema creado entre ambas especies (yo no sé de ti, tú no sabes de mí, y no peleamos entonces) comienza a romperse. Motivaciones muy humanas entre ambos campos causan fricción, y las cosas se van poniendo color de hormiga.
Es muy buena película, y tiene personajes que quieres odiar en ambos bandos (un logro para los actores). La actuación de Andy Serkis como César es espectacular como siempre, y algún día se llevará aunque sea un Oscar honorario por sus esfuerzos. El único problema que tengo aquí es que sabemos para donde va esta trama encaminada, y aunque haya una tercera película para completar la trilogía (ya está anunciada), habrá que hacer magia para despintar el futuro sombrío que le espera a C. Heston.
La recomiendo.
8.1 juventud tonta que se deja llevar por el tigueraje de la experiencia de 10.