
Sam Raimi es un director bien loco que, cuando se dedica a hacer pelis de terror, logra un ambiente divertido y macabro, y verdaderamente asqueroso muchas veces (a la pobre prota le cayeron muchas cosas en la boca, o le salieron, ninguna dellas de buena pinta). La historia está bien llevada, y las actuaciones logran poner el filme en buen camino. Muchas buenas piezas divertidas fueron creadas, para nada terroríficas, más bien para poner la carne de gallina por lo desagradable.
8 escenas-que-servirían-como-anuncios-a-los-niños-de-qué-pasaría-si-cometen-fechorías de 10.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario