domingo, 7 de junio de 2015

Lucy

Pensé que me iba a gustar más esta película.
Nada como Scarlett con poderes mentales superiores a todo lo que hemos visto, causando estragos y atacando a los villanos que intentan pararla.
La historia comienza bien simple, unos cuantos extranjeros en Taiwán son secuestrados por una mafia local, que los quiere usar como mulas para entrar drogas a los países de donde provienen originalmente. Cuando Lucy, a quien también le han injertado una funda llena de drogas psicodélicas dentro de la barriga, sufre una ruptura en la funda de narcóticos y absorbe una cantidad letal en su flujo sanguíneo, en vez de morir comienza a desarrollar aceleradamente una capacidad mental increíble. Las cosas que ella va aprendiendo a hacer con sus poderes mentales son extraordinarias. Pero aquí comienzan las cosas a fallar. La idea de que ella adquiera los poderes de esta forma es fenomenal, y hasta plausible, dentro del marco de películas. Pero la tontería de que los humanos, por lo general, sólo utilizan 10% de su capacidad mental, fue probada como totalmente falsa hace un buen tiempo, y esta película sólo perpetúa ignorancia. Mientras más ella aprende, y la película va marcando el porcentaje por donde ella va, más va perdiendo ella su humanidad y se va convirtiendo más en un ente sin emociones, con preocupaciones más allá de nuestra imaginación y limitaciones.
Hay buenos momentos de acción, pero efectos visuales bonitos no sirven para nada si el guión deja caer la pelota. Me incomodó más por el potencial de ser una película excelente de acción mal pensada, además de que la protagonista, quien se merece su propia película y franquicia de acción, técnicamente no se ve haciendo nada de acción, todo es truco de cámara o se deja por implicado que ella lo hizo. En muchas películas uno debe dejar el sentido común en la puerta para disfrutar de la historia, pero ésta no se merece ese pase.
5.5 de 10.

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