
Sean Penn, en el papel de Harvey, se ganó el Oscar por lograr un personaje amigable y con convicción, por dar una cara a alguien que se enfrentó a la maquinaria de “censura moral y puritana”, detrás de la cual se ocultan unos reales sinvergüenzas, y caer físicamente aunque no su causa.
Antes de ver esta película pensé que Richard Jenkins quizá debía ganar, o Mickey Rourke que lo hizo muy bien también, pero ahora diría que cualquiera destos tres está bien con el premio. Algunas actuaciones son exageradas, pero voy a asumir que así se comportaba la persona real que dio la inspiración.
Interesante película, con mezclas de videos originales de la época, que muestra un poquito de cómo era San Francisco en aquel entonces.
7.9 velas-en-la-calle de 10.
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