Will Ferrell y John C. Reilly hacen una muy Buena pareja de comediantes. Lo mostraron anteriormente en Talladega Nights: La Balada de Ricky Bobby, un disparate de comedia que ellos elevan con sus loqueras a un casi clásico (conozco quienes dirían mejores cosas aun).Esta película reune a los dos otra vez, y aunque no llega a ser tan buena como la mencionada anterior, tiene sus momentos de risa y básicamente se deja ver.
Will y John tiene 39 y 40 años respectivamente. Will aun vive con su mamá y John aun vive con su papá. Ninguno de los dos siquiera hizo el esfuerzo de mentalmente volverse adultos, y llevan su vida como si fueran adolescentes. Cuando los padres se conocen y enamoran en una convención de trabajo, el resultante matrimonio crea la situación en que Will y John van a vivir bajo la misma casa, como medio hermanos.
Las locuras que hacen los dos, primero como “enemiguitos” y luego como “amiguitos”, son la base de la película.
Estuve fluctuando entre “me gusta este tipo de comedia” y el opuesto “y qué disparate es que estoy viendo?”, y aunque regularmente más cerca del último, nunca pasó de la raya y no me sentí perdiendo mi tiempo.
Le doy 6.5 máscaras de Chewbacca de buena calidad de 10.
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