La historia real de un evento (una serie de eventos, en realidad) en una época más inocente del mundo en que vivimos (los años 1970), donde una persona podía definirse como artista con sólo hacer algo aparentemente imposible para casi todos nosotros, en este caso, un caminador de cuerdas.
El francés en cuestión es poseedor de un sentido del equilibrio prodigioso, y se dedicaba, junto a un pequeño grupo de amigos que le ayudaban con la instalación, a caminar en alambres colocados en lugares tan peligrosos como espectaculares (un puente en la bahía de Sydney, Australia; la catedral de Notre Dame).
El deseo desde joven, y el cuento principal desta película, era caminar un alambre entre las dos torres gemelas de Nueva York (las ya famosas del 9/11). Lo habrá logrado? La película ganó un Oscar, así que tú imagínate.
La alegría y chispa del francesito es contagiosa, tanto de joven en los 70 como de señor mayor ahora siendo entrevistado, y es algo triste que ahora nos preguntemos y le preguntemos “por qué”, en vez de sólo disfrutar de algo increíble que casi nunca pasa. El mundo habrá cambiado, pero siempre hay un loco que nos trae una sonrisa a la cara y nos permite soñar que lo imposible puede que no sea tanto.
7.8 cosas-que-haría-alguien-al-conocer-a-la-primera-fanática-luego-de-salir-de-la-cárcel de 10.
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