Morgan Spurlock ha vuelto con otro de sus divertidos documentales. Esta vez ataca una forma reciente de ataque a los sentidos, el sistemático bombardeo de anuncios vendiendo lo que sea a través de la televisión, películas, etc.
Es difícil encontrar algún producto diseñado para entretener que no tenga patrocinadores de algún tipo, desde la comida que el protagonista come mientras habla disparates con sus amigos, hasta los carros reales que se convierten en robots imaginarios. Morgan explora el proceso de conseguir patrocinadores, creando así una meta-película, una película acerca de vender una película, al mismo tiempo que vende dicha película a los que están siendo filmados para dicha película. Espero me hayas entendido.
No es el más divertido de los documentales que MS ha hecho (ese sería el de comer hamburguesas), pero es una buena entrega al mundo del documental moderno.
7.4 títulos-que-arruinan-la-sensación-de-descubrir-quién-ganó-la-puja de 10.
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