viernes, 21 de octubre de 2011

John Carpenter’s The Ward


Antes, mencionar el nombre de John C en una película era pensar que iba a ser bien buena. Últimamente no tanto. Eso mismo pasa con Wes Craven.
La historia narrada aquí es aceptable, pero hubiera sido verdaderamente buena si no hubiéramos ya visto versiones de lo mismo setecientas veces antes.
Una chica llega, luego de un misterioso pasado revelado a poquito durante el filme, a un sanatorio mental de mitad del siglo pasado. Allí entabla diferentes niveles de amistad con las chicas que viven ahí, y empieza a conocer la historia del lugar. Hay un misterio, con dosis de desaparición y asesinato, que resolver. También un espectro que poco a poco está acabando violentamente con los habitantes del pabellón.
El guión funciona, las actuaciones tienen sentido luego que todo es revelado (la hija de Meryl Streep trabaja aquí), y el giro final, aunque ya visto, es satisfactorio.
No se siente como un descubrimiento placentero, más como una película que sirve su propósito de ayudarte a pasar un par de horas y ya. Es como un simple emparedado que te comes a las 10:30 de la mañana, no por un sabor increíble, sino para llegar a la hora de almuerzo sin morirte de hambre.
6.7 descubrimientos-en-un-diario-que-llevan-a-un-cambio-tonal-estilo-El-Sicópata-de-Hitchcock de 10.

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