lunes, 28 de junio de 2010

Extraordinary Measures

Existe una enfermedad hereditaria llamada el síndrome de Pompe, que degenera todos los músculos del cuerpo en una progresión que comienza al nacer. Los afectados tienen suerte si llegan a los 9 años de edad. El protagonista desta película, inspirada (no basada literalmente) en hechos reales, es el padre de dos niños con este desorden genético. Como todo padre que se respete, él siempre está en búsqueda de la cura milagrosa que salvará a sus hijos, y ha descubierto que el chance más grande de encontrarla está en manos de un excéntrico doctor teórico. Las ideas revolucionarias del doctor van perfectamente de manos de las maniobras corporativas del padre para conseguir capital que ayude a convertir en realidad esas ideas.
Es una historia arreglada para que sea más agradable para el espectador, pero aun así, los resultados son los mismos, y es una historia de esperanza. Brendan Fraser es un tipo muy carismático (por eso sigue siendo estrella de cine, a pesar de los tantos clavos que hace), y aunque el señor Ford ya lleva una buena hilera de disparates y actuaciones malas, el haber sido alguna vez apellido Jones y Solo le gana buena voluntad todavía conmigo. Sin embargo, yo no considero esta película un clavo. Predecible, sí, pero no mala.
6.9 viajes-en-descapotable-que-la-verdadera-barbie-logra-tomar-al-fin de 10.

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