
El lenguaje es muy florido y, aunque a veces no con total espontaneidad, los actores hablan con un guión repleto de influencia dominicana. La dirección es buena, y el mensaje es muy diferente al que me esperaba, de algún prodigio para el que no existe obstáculo que impida que llegue a lanzar bajo la estruendosa aclamación del público. Es una historia de ficción basada en historias reales, y cumple muy bien el cometido de sacar al frente la imagen del jugador que, por cualquier razón, creció y sus sueños cambiaron. Las actuaciones de verdaderos peloteros dominicanos, como José Rijo y el inmortal Emmanuel Nanita, le dan realismo al juego en sí. En los suplementos del DVD, otras estrellas también equiparan sus comienzos al del protagonista.
Con medio punto extra por mi nacionalidad, 8.5 deseos-que-me-entraron-de-comer-tostadas-francesas de 10.
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