Robert Rodríguez se inventó, junto a Quentin, unos cuantos avances de películas que en realidad no existían, para dar mayor credibilidad y ambientación a su par de películas juntos de hace unos años. Uno de los avances narraba la historia de un ex agente federal de Méjico que sudaba violencia, causando estragos dentro de las filas de los villanos del mundo. Un hombre entre hombres, amante de mujeres bellas, feroz contra sus contrincantes en formas casi diabólicas, no quieres caer en el lado malo desta persona.
El avance gustó tanto que, luego de unos añitos solamente, Robert se inventó la película. Y dicha película tiene el mismo estilo de cinematografía, de historia, de ritmo, que las películas hechas en los años 70 de explotación racial y/o violencia, aquellas con Charles Bronson, por ejemplo. Loquísima y mega sangrienta, para quien guste de fábulas en las que el súper héroe casi ni es herido y se las venga de todos está será una cena espectacular.
Momentos de risa son interrumpidos por momentos de asombro a lo drástico de uno que otro asesinato, y estos son interrumpidos por las actuaciones (mayormente a propósito) malas que cunden.
A mí me gustó, aunque no la vuelva a ver lo más probable.
7 momentos-inesperados-que-tienen-que-ver-con-dos-monjas-en-una-iglesia de 10.
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