viernes, 23 de enero de 2015

Chef

Jon Favreau ha creado una obra de arte culinario en filme. No creo que mi última línea tenga sentido, pero no importa.
La historia es simple. Un chef, alguna vez un novato de gran potencial en el ambiente de la alta cocina, se encuentra en una rutina mediocre que lo tiene amargado. Por cualquier razón ha perdido la chispa que lo motivaba, y eso le ha afectado su vida profesional y personal. Cuando eventos fuera de su control causan que tenga que reinventarse, y con ello reiniciar una relación con su hijo, las cosas poco a poco mejoran.
No hay mucho drama en esta película, es más para sentirse como cuando vas a un restaurante a comer algo que ya sabes será delicioso, con gente con la que siempre tienes buenos tiempos, a disfrutar un buen momento.
Me encantó la película y hasta aprendí unos truquitos nuevos en la cocina. El guionista, director y actor principal no es bobo, poniendo a su personaje enredado románticamente con dos de las mujeres del momento. Pero más que eso, la cultura de la creación de comida, el disfrute, el placer de comer un plato bueno, mira, esta película da hambre de verdad, y creo que ese es uno de los puntos que querían lograr y lograron. A mí que me encanta comer y cocinar no hay que empujarme mucho, me encantó.
9 deliciosas comidas latinas, como cubanos con yucas fritas, que amargan a quien ve esta peli de madrugada de 10.

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