La comparación más cercana que puedo dar es con el Proyecto de la Bruja de Blair. Un charlatán exorcista del sur de los Estados Unidos decide retirarse del “negocio”, pero antes quiere mostrar al mundo cómo él convence a las personas con sus trucos de que algo demónico está pasando, y cómo él los libera del mal. Para tal fin, contrata a un par de cineastas de documentales que lo persiguen día y noche durante su travesía.
El último caso es el de una chica supuestamente poseída, y ellos la visitan a la casa donde vive con su muy devoto padre y aterrorizado hermanito. Todo el ‘misterio’ tiene explicación racional, que es lo que el exorcista busca, excepto que las cosas toman un giro inesperado e inexplicable, como la famosa bruja, al final.
Esta, al igual que aquella, es una película que me engañó ya que pensé que iba a ser buena. La trama ciertamente suena interesante. Qué disparate. Sí, hay sólo dos campos: los que gozaron muchísimo la Bruja de Blair y los que la encontraron una estupidez y pérdida de tiempo. Y sí, yo caigo en el segundo campo.
Si tú caes en el primero, pues esta es tu película. Si caes en el segundo, pues no veas esto, camarada.
4 escenas-en-un-granero-muy-buenas-que-luego-terminan-en-nada de 10.
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