viernes, 22 de octubre de 2010

Prince Of Persia: The Sands Of Time

Desde el 1989 estoy jugando con este personaje en computadoras, el primero que recuerdo tenía movimientos fluídos y apariencia de humano, no una serie de bloquesitos con bigote. El príncipe en esta película sigue el patrón de los juegos, un atlético muchacho fanático del parcour (sin él saber que básicamente así se llama el “deporte” de brincar obstáculos citadinos para llegar más rápido adonde sea) que, debido a su agilidad física y mental, y claro su bondad y humildad, cae en gracia a los ojos del rey, quien decide adoptarlo como su tercer hijo. En una batalla en la que él participa con sus hermanos unos cuantos años más adelante, Dastan, el príncipe en cuestión, consigue capturar una daga que contiene un poder especial. La daga controla el tiempo, volviendo hacia atrás unos cuantos segundos si aprietas… ok, ok, una aventura con acción, espadas, flechas, saltos por los aires, magia, traición, amorcito, etc. me supo igual que la Furia de Titanes, no está mal, un poquillo tendiendo hacia lo aburrido pero no exactamente llegando a eso, no me enojé de usar par de horas para verla pero es difícil que la vuelva a ver.
6.7 dagas-que-me-servirían-para-devolver-dos-horas-cada-vez-que-veo-un-disparate de 10.

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