La segunda parte del Corredor de Laberintos sigue las aventuras de los chicos que lograron escapar, inmediatamente luego de ser "salvados" de la compañía que los tenía presos. En lo que ellos están recuperándose junto a otros rescatados de otros lugares, algunas anomalías ocurren, y nuestro protagonista se da cuenta de que algo no está bien. Luego de una noche de investigación, se dan cuenta de que han caído en las garras de la misma compañía, y están siendo engañados. Logran escaparse del edificio fortificado, y comienzan el largo camino a través del desierto que rodea la zona. Cuando precariamente llegan a una ciudad semi-abandonada, se topan con humanos que viven hacinados, formando una semblanza mediocre de sociedad. También existen los humanos que han sido infectados totalmente por el virus que está atacando a la tierra, y que los vuelve violentos. Al llegar aquí es que comienzan a entender las implicaciones de todo lo que han pasado, incluyendo el por qué estaban presos en el laberinto.
Al parecer, en algún momento del pasado no determinado, un virus fue liberado en la población, y rápidamente tomó las vidas del 90% del mundo. La única forma que se ha encontrado no para contrarrestar dicho virus, pero al menos para frenar un poco el avance, es de extraer un líquido de la médula de las personas que son inmunes al virus. Éste líquido es generado dentro del cuerpo en momentos de extrema tensión, por eso a los muchachos en el laberinto los trataban como ratas de experimento, porque básicamente eso eran. Ya que los muchachos son importantes para la compañía, por el hecho de que necesitan las dosis para llevar a cabo el antídoto, son perseguidos sin compasión cuando se escapan.
Como dije anteriormente, ya leí los tres libros en los que se basan estas películas, y la historia aquí narrada es ya muy diferente a lo escrito. Por lo tanto, he decidido no prestar atención a la historia de los libros e imaginarme estas películas como guiones creados directamente para el cine.
Nada del otro mundo con las actuaciones, y sólo un par de momentos de acción con algo de tensión. La película no es la gran cosa. Es lo suficientemente entretenida para verla una vez, y esperar la próxima, que esperemos no dividan en dos partes, como se han dedicado en Hollywood a hacer últimamente. La puedes apilar con todas las otras películas de civilizaciones post-apocalípticas en las que muchachos de menos de 18 años hacen cosas imposibles, y exhiben una madurez más allá de sus años. Creyéndome a los 18 años más culto y hábil que muchos, si hubiera sido protagonista de una de estas películas no tendríamos ni media hora de filme.
6.7 de 10.
Al parecer, en algún momento del pasado no determinado, un virus fue liberado en la población, y rápidamente tomó las vidas del 90% del mundo. La única forma que se ha encontrado no para contrarrestar dicho virus, pero al menos para frenar un poco el avance, es de extraer un líquido de la médula de las personas que son inmunes al virus. Éste líquido es generado dentro del cuerpo en momentos de extrema tensión, por eso a los muchachos en el laberinto los trataban como ratas de experimento, porque básicamente eso eran. Ya que los muchachos son importantes para la compañía, por el hecho de que necesitan las dosis para llevar a cabo el antídoto, son perseguidos sin compasión cuando se escapan.
Como dije anteriormente, ya leí los tres libros en los que se basan estas películas, y la historia aquí narrada es ya muy diferente a lo escrito. Por lo tanto, he decidido no prestar atención a la historia de los libros e imaginarme estas películas como guiones creados directamente para el cine.
Nada del otro mundo con las actuaciones, y sólo un par de momentos de acción con algo de tensión. La película no es la gran cosa. Es lo suficientemente entretenida para verla una vez, y esperar la próxima, que esperemos no dividan en dos partes, como se han dedicado en Hollywood a hacer últimamente. La puedes apilar con todas las otras películas de civilizaciones post-apocalípticas en las que muchachos de menos de 18 años hacen cosas imposibles, y exhiben una madurez más allá de sus años. Creyéndome a los 18 años más culto y hábil que muchos, si hubiera sido protagonista de una de estas películas no tendríamos ni media hora de filme.
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