Habiendo visto la última película de Adam Sandler, de la cual hice un comentario hace poco, tenía la esperanza de que ésta me fuera a gustar aún más. Además, es un tema que me gusta mucho. No me fue tan bien como lo esperaba.
Al comienzo de la década de los 80, Adam y algunos muchachos más eran campeones mundiales en la naciente industria del videojuego. Sus méritos fueron grabados y añadidos a una gran colección de información que fue enviada ese mismo año al espacio sideral, con la intención de que, si alguna vez la sonda se topaba con otra civilización, ésta pudiera entendernos mejor.
En el presente, la sonda ha localizado una nueva civilización, y ésta decide invadirnos y tomar posesión de nuestro mundo. De la forma en que lo hace es utilizando la información que le enviamos acerca de los videojuegos. O sea, los personajes de los videojuegos que enviamos (Donkey Kong, Pac-Man, Gálaga, Invasores, etc.) ahora nos están atacando en la vida real. Como las fuerzas armadas del mundo no logran una coherente forma de ataque, le toca a los que aquella vez fueron campeones de videojuegos y ahora son personas civiles sin ningún tipo de entrenamiento militar y, como siempre en el caso de las películas de Adam, sin ningún prospecto como adulto, salvar al mundo de la invasión.
Es una premisa tonta, y algunas de las cosas que el guión quiere que aceptemos, como el presidente de los Estados Unidos, y su magnífica conexión con los protagonistas, están difíciles de aceptar en el mejor de los casos.
El hecho de que la amenaza principal sea una buena cantidad de videojuegos que a mí me gustaban cuando estaba creciendo me daba deseos de ver la película, al punto de que casi fui al cine a verla. Casi. Gracias que no fui.
No es una película mala, y tiene un puñado de momentos divertidos, pero en su gran mayoría, es otro esfuerzo aburrido o mejor dicho, es mucha vagancia de parte del guión. Como si tirar videojuegos y Adam Sandler en una olla "obviamente" va a dar mucho dinero.
La ves, o no la ves, no te pierdes de mucho.
5.5 de 10.
Al comienzo de la década de los 80, Adam y algunos muchachos más eran campeones mundiales en la naciente industria del videojuego. Sus méritos fueron grabados y añadidos a una gran colección de información que fue enviada ese mismo año al espacio sideral, con la intención de que, si alguna vez la sonda se topaba con otra civilización, ésta pudiera entendernos mejor.
En el presente, la sonda ha localizado una nueva civilización, y ésta decide invadirnos y tomar posesión de nuestro mundo. De la forma en que lo hace es utilizando la información que le enviamos acerca de los videojuegos. O sea, los personajes de los videojuegos que enviamos (Donkey Kong, Pac-Man, Gálaga, Invasores, etc.) ahora nos están atacando en la vida real. Como las fuerzas armadas del mundo no logran una coherente forma de ataque, le toca a los que aquella vez fueron campeones de videojuegos y ahora son personas civiles sin ningún tipo de entrenamiento militar y, como siempre en el caso de las películas de Adam, sin ningún prospecto como adulto, salvar al mundo de la invasión.
Es una premisa tonta, y algunas de las cosas que el guión quiere que aceptemos, como el presidente de los Estados Unidos, y su magnífica conexión con los protagonistas, están difíciles de aceptar en el mejor de los casos.
El hecho de que la amenaza principal sea una buena cantidad de videojuegos que a mí me gustaban cuando estaba creciendo me daba deseos de ver la película, al punto de que casi fui al cine a verla. Casi. Gracias que no fui.
No es una película mala, y tiene un puñado de momentos divertidos, pero en su gran mayoría, es otro esfuerzo aburrido o mejor dicho, es mucha vagancia de parte del guión. Como si tirar videojuegos y Adam Sandler en una olla "obviamente" va a dar mucho dinero.
La ves, o no la ves, no te pierdes de mucho.
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