Esta es la tercera y última parte de las aventuras del celador del Museo de Historia Natural en Nueva York, quien encontró una tablita mágica egipcia que trae vida a las obras inanimadas del museo durante las noches. Esta última aventura intenta explicar cómo vino a ser la tableta, su creación y originales dueños, y devolverla a su lugar de origen antes de que un maleficio puesto en ella la termine de destruir. Nuestro protagonista tiene que viajar al Museo de Londres, donde se encuentran los faraones momificados que originalmente tenían la tableta, y allá también se aparecen muchos de los más famosos personajes del museo original, quienes inventaron una treta para hacerse enviar por correo de un museo a otro, y así participar en la película.Es una historia más para niños que para adultos, unos cuantos chistes buenos, pero siempre será recordada como la última gran actuación de Robin Williams.
Con el motivo principal de verla siendo "pagar mis respetos" al actor ya mencionado, la película me entretuvo lo suficiente para no sentirme engañado. Tiene buenos efectos especiales, y la historia, aunque casi inmediatamente olvidable, no te deja con mal sabor en la boca. Supongo que si tienes menos de 13 años te encantará. Todo el mundo hizo un buen trabajo actuando en ella, y de la forma en que la historia se acaba se siente que no va a haber una cuarta parte. Lo cual está bien por mí.
6.6 de 10.
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